Yo quisiera salvar esa distancia,
ese abismo fatal que nos divide,
y embriagarme de amor en la fragancia
mística y pura que tu ser despide.
¡Yo quisiera ser uno de los lazos
con que decoras tus radiantes sienes!
¡Yo quisiera en el cielo de tus brazos
beber la gloria que en tus labios tienes!
¡Yo quisiera ser agua que en mis olas,
que en mi olas vinieras a bañarte,
para poder, como lo sueño a solas,
al mismo tiempo por doquier besarte!
¡Yo quisiera ser lirio, y en tu lecho
allá en las sombras, con ardor cubrirte,
temblar con los temblores de tu pecho
y morir del placer de comprimirte!
¡Oh! ¡Yo quisiera mucho más! ¡Quisiera
llevarte en mí como la nube al fuego;
mas no como la nube en su carrera
para estallar y separarse luego!
¡Yo quisiera en mí mismo confundirte,
confundirte en mí mismo y entrañarte;
yo quisiera en perfume convertirte,
convertirte en perfume y aspirarte!
¡Aspirarte en un soplo como esencia,
y unir a mis latidos tus latidos,
y unir a mi existencia tu existencia,
y unir a mis sentidos tus sentidos!
¡Aspirarte en un soplo del ambiente,
y así verter sobre mi vida en calma,
toda la llama de tu cuerpo ardiente
y todo el éter de azul de tu alma!
En Poesías completas. 1876-1928, Ars, México, s.f.
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