OH TORMENTA
Oh tormenta, el amor es el clima más inhóspito. Ante tu nombre resueno como el herido bronce de una campana. Desgarrados celajes, aterido horizonte, vago azul de los charcos que tachonan tu ausencia: así el amor me asedia como una tempestad. No estoy triste, amor, ningún rescoldo abrigo, no me preguntes nada. Sin apremio abro los ojos en este lluvia silenciosa, donde luces perdidas diluyen su promesa. El recuerdo de tu voz relampaguea y me deslumbra; tu presencia me arrasa lo mismo que tu ausencia; el ardor de tu inocencia como un viento glacial me azota el rostro. Deténme, este viento me arrastra; mira girar como hojas muertas tantos lazos caídos de los que tú me despojas. Has dicho que me amas, tiemblo inerme y desnudo como un niño. Día tras día el alba naciente me encuentra herido de flaqueza. Todo me quema y destruye, has dicho que me amas.
[31.12.51]
En Sismo, dentro de Luz de aquí [1951-1955], incluidos en Poesía (1943-1997),
Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1998.
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